Fragmento...
Fragmento…
Como
plasmar en letras ciertos sentimientos encontrados, al momento de compartir un
tiempo de mi vida junto a pequeños niños, que de una u otra manera me hicieron
revivir aquellos días de mi infancia y mi vida escolar. Nunca pensé que pudiese
llegar a estar tan sorprendido, sobre todas las vivencias suscitadas al momento
de realizar las prácticas. Las acciones, los momentos compartidos con todos
aquellos niños, que hacen único y placentero al momento de recordarlos; y más
aún, se crea una nostalgia cuando al pasar por la calle uno de aquellos
chiquillos corren hacia mí para preguntar – profe, profe ¿Cuándo regresa a la
escuela? –
En
ese momento, llega a mi memoria los recuerdos de todo lo que viví junto aquellos
pequeñines, todas sus expresiones plasmadas en sus miradas, en sus rostros… niños,
niñas, en busca de un futuro, en busca de días mejores, de superación, de
aprender nuevas cosas, etc.; en busca de amigos con quienes compartir risas,
llantos, juegos; en algunos casos, en busca de una protección paternal, porque tal vez
no tienen sus padres junto a ellos.
Escucharlos
reír de una forma diferente, sonidos que me traslada a un mundo distinto, un mundo lleno
de paz, donde prima la felicidad, a un mundo, en el que me volví a sentir niño.
Compartir con ellos charlas sobre mi futuro y sobre el futuro de ellos. Escucharlos
decir que quieren ser grandes músicos, doctores, arquitectos, dibujantes, en
fin, una infinidad de pensamientos y sueños que quieren cumplir. En esos
momentos, me di cuenta que ser docente, no solo implica el impartir
conocimientos, sino, sentirme y ser uno más de ellos; y sobre todo no ser simplemente un
profesor, sino un amigo, al que recuerden siempre.
Como
toda buena historia tiene su final, me tocó escribir el nuestro. Escribirlo de
una forma triste, apenada, melancólica, nostálgica, puesto que llegó el momento
de despedirse de aquellos niños, con quienes se compartió momentos amenos, momentos
de dulzura, momentos de llantos y sonrisas... Ahora, simplemente nos toca por
decir, no un adiós, sino un hasta luego, porque aún tengo la esperanza de
volverlos a encontrar en algún momento de mi vida. Por tal motivo, en esta
página de mi vida me toca ponerle, no un punto final, sino más bien un –
continuara… –
Jorge Garcia J.
La visión sobre tu mirada y reflexión en las prácticas me parece muy emotiva, llena de nostalgia y emociones dispersas, sin embargo podrías direccionar tus letras hacia otras situaciones y compartir desde otros puntos de vista tu vivencia.
ResponderEliminarEstimado, tu relato es una viva esencia de emociones y sensaciones encontradas, las mismas que expresan y hacen sentir que tú experiencia en las practicas fue totalemte favorable y significativa.
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